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son la causa principal de que las cuentas se sobregiren, superando a los sobregiros de cheques de papel, retiros en cajeros automáticos y pagos de facturas en línea. Además, los préstamos de sobregiro de tarjeta de débito son proporcionalmente más caros porque llevan la misma cuota de la tasa de interés fija por lo que es generalmente una operación de menor valor.
El Centro para Préstamos Responsables (CRL por sus siglas en ingles) dice que los bancos tienen la tecnología para advertir a los clientes o comerciantes al momento de una compra con tarjeta de débito en una maquina de punto de venta (POS
por sus siglas en ingles) o retiro del cajero
automático (ATM por sus siglas en ingles)
en la que la cuenta del cliente no tiene sufi-
cientes fondos, pero la mayoría no lo tienen.
También puede rechazar la transacción y
ahorrar al cliente la cuota del sobregiro pero
la mayoría no lo hacen. Sin embargo, en
una encuesta de consumidores, el Centro
para Préstamos Responsables (CRL por sus
siglas en ingles) encontró que la mayoría de
la gente preferiría que el banco niegue su retiro o compra cuando no tienen el dinero para pagar por ello. El Centro para Préstamos Responsables (CRL por sus siglas en ingles) analizó una base de datos independiente de transacciones de cuentas bancarias personales docu- mentando más de 8.500 sobregiros y encuestando a 2.400 titulares de cuenta de cheques. Ellos encontraron que los titulares de cuentas tiene más sobregiros causados por una compra con tarjeta de débito que por un cheque escrito, que los sobregiros de tarjetas de débito son más costosos y que los encuestados podrían evitar las cuotas si se les da la opción. Específicamente:
• Aproximadamente el 46 por ciento de todos los sobregiros son provocados por transacciones de tarjeta de débito en maquinas de punto de venta (POS por sus siglas en ingles)
    Usando tarjetas de débito, cheque y cajeros automáticos
  Hay muchas maneras de salir adelante. El primero es tan básico casi estoy avergonzado para decirlo: gaste menos de lo que gana.
— Paul Clitheroe
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